Se trata de muchas cosas. son días raros. diez años viviendo en España y de pronto, me doy cuenta de que quiero ir a vivir a Argentina. No vuelvo. Voy.

Hay cosas que voy a extrañar: el Retiro, la gran Vía. La seguridad, la infraestructura de las ciudades. Y ese olor a historia. Personas, pero de esto último no hay tanto problema. Las conexiones emocionales y espirituales siguen ahi. Lo sé de sobra. Los afectos sólo se re-acomodan.
Y hay cosas que no voy a extrañar: la soberbia ignorante de los europeos, la frialdad enquistada en la idiosincrasia , la xenofobia maquillada, y ese olor a muerto.

Pero básicamente, me voy de España por la sensación de que no valoran lo que estoy haciendo. Hace 10 años que vivo en este país y vine a hacer arte. A llenar de cultura cada espacio posible. Y sólo he podido vivir de trabajos como camarera, y esas cosas.
De qué sirve vivir en un país si tengo la sensación de que jamás me respetarán por lo que soy. Que jamás valorarán lo que soy.

Yo he hecho teatro en todos los sitios posibles. He llevado cultura y arte a todas las instancias. Pero parece que siempre es poco. Parece que no quisieran disfrutar de un movimiento cultural tan increíble y fabuloso como es la Hemoficción. Y conozco muchos actores españoles que están en las mismas que yo. No es sólo xenofobia. Es la falta de sensibilidad a la cultura y al arte. Llenan museos para vender tickets a turistas que sólo rellenan el formulario de lo que hay que ver en las ciudades europeas.
Pero pocas lágrimas se derraman frente a la Crucificción de Veláquez. Y muchas menos risas algunos cuadros de Picasso.

Yo vine a este lado de mundo totalmente equivocada. Creí que encontraría más inspiración. Más aprecio al arte. Nada de eso.
Me he encontrado con un pueblo que siente haberlo visto todo. Con un pueblo que ignora y quiere ignorar too lo que Latinoamércia es capaz de dar al mundo. Claro que hablo en general, pero es que no vivo solo en convivencia con unas cuantas personas. He vivido diez años. He viajado, he conocido y he intentado integrarme. Y muchos podrían decirme que lo he hecho, pero sigo teniendo la sensación de que siempre seré aca una inmigrante que trabaja de camarera y dice que es actriz.
Y de eso, ya no quiero más