jueves

la tristeza, el desconcierto o los golpes me traen a escribir. No sé si es un resabio adolescente, o qué mierda es, pero la trsiteza o la desolación me traen  frente a la escritura desde un camino sinuoso y apagado o encendido.
He estado muchos años fuera de mi país. Algo extraño ha sucedido: todo lo que me era ajeno, puede acomodarse fácilmente en mi vida y casi todo lo que me era familiar, es como la nata asquerosa de la leche hervida. Una especie de baba difícil de sacar que no me deja disfrutar de lo que quiero.

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